Uno de los símbolos que más gusta a los madrileños es el oso y el madroño, pero realmente son muchas las diferentes teorías sobre el origen de este escudo tan peculiar. Aunque es evidente que la idea principal a la hora de crearlo era demostrar por una parte la seriedad de una ciudad en auge, como lo hacían por el mismo momento otras ciudades de toda Europa, y por otro crear una diferenciación clara con otras ciudades o instituciones del lugar.
Por eso, las multipliques explicaciones sobre el oso y el madroño son diversas y extrañas. Una de ellas, y por su facilidad y simpleza seguramente será la más real, explica que fue el consejo municipal el que lo ideó para diferenciarse de las posesiones de la iglesia, y ya que en la zona había muchos madroños y el oso demostraba fortaleza y determinación (como por ejemplo en el escudo de Berlín) pues optaron por él. Otras teorías hablan de relaciones por los propietarios cercanos de fincas de este tipo de árbol, así como otras más relacionadas con la reconquista y los musulmanes, esta en particular, habla de cómo se pensó en Madrid como el inicio de muchas conquistar en el sur, pero parece poco cierta, ya que en su momento Madrid no tenía casi importancia como para ser ese símbolo.
Sea como fuere, la verdad es que en la actualidad el oso y el madroño es uno de los símbolos que más gustan a los madrileños, de hecho es habitual que muchos lleven a sus visitantes a ver la gran escultura que existe en la Puerta del Sol, y que hace las delicias ante todo de los más pequeños del lugar, también podemos encontrar el oso y el madroño en muchos símbolos y lugares de la propia ciudad, parece ser que los propios habitantes de la ciudad le tienen un cariño especial.
Más concretamente, el oso y el madroño está formado por un oso rampante sobre un madroño arbutus unedo), rodeado de una orla con siete estrellas de cinco puntas y todo ello con una corona, todo un escudo para una gran ciudad como Madrid.